Diáfana y amada vida mía te debo la voz, los ojos y hasta el alma invencible
Eterna luz naciente tú que has logrado romper esta capa de dolor
Caminabas solo y ahora estaré a tu lado como una brisa invisible
Te prometo llenar tu vida con matices de otro color
Darte fuerzas para caminar entre las sombras y no morir jamás
Cuando estés llorando solo una tristeza que no comprendas
Llenarte de calma y tomarte en mis brazos para cesar tus lágrimas
Y amarte siempre para que nunca más desciendas
Abrazar tu alma de suspiro en la que busco escrito mi nombre
Con mis manos suaves que necesitan prodigarte de dulces caricias
Admirarte en el ocaso y en la cumbre
Querer infinitamente aun la más lúgubre de tus sonrisas
Mantener en tu corazón fulgores que nunca se extingan
Besarte con tanto amor que no encuentres néctar más dulce en el mundo
Regalarte todo mi ser para animar tus ansias a que nunca se rindan
Adorarte eternamente con este cariño tan profundo
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